Amodorrados por el extenso viaje, después de 12 horas de viajar en el micro bus que nos traslado por los tres países que nos corresponde atravesar. Impacientes por llegar a nuestro destino, estar en las habitaciones y reposar un rato.
El viaje
es una experiencia diferente, aunque transitemos las mismas carreteras y seamos
las mismas personas. Esta lleno de cada cosa; nos reímos, conversamos, otros
duermen plácidamente en las poses más incomodas y extrañas, algunos leemos algún libro llevado con esa
intención en la mochila de las pertenencias personales, otros piden, casi
exigen al conductor, sonar música de su agrado, tarea complicada, somos más de
20 pasajeros, cada uno con gustos diferentes. Al final nos conformamos con una
película, que seguro la mayoría de nosotros ya ha visto en algún canal de
televisión, pero igual la disfrutamos, viendo como sucederá cada escena,
conocida previamente y que esperamos con menos suspenso. No imprime mayores
efectos, solo disfraza el cansancio en una comodidad fingida.
Integrantes
de diferentes municipalidades de Honduras, El Salvador, Guatemala y Honduras,
nos dimos cita en el cuarto encuentro del Diplomado en Seguridad Alimentaria y
Nutricional. Cada curso es una experiencia única, aprendizaje, intercambios de
experiencias etc.
Los días
transcurren con aparente normalidad. Conocimos en el primer día de clases,
nuevos compañeros, etiquetados a la primera impresión. Walter, el implacable,
pero coherente parlanchín del grupo, don Mateo Alonso Pascual, el descendiente
Maya que hace imperar su casta y que traduce su nombre al Maya – Matlopis con
Axmol - en sus intervenciones,
persistencia que alcanzará logros importantes con el pasar del tiempo.
El tercer
día ha llegado, salimos a las 6 de la mañana, nos han advertido que serán tres
horas de viaje. Al final, nos mueve la sensación extraña de nuevas
experiencias, compartir, muy juntos el recorrido. Pedro Carmona explica y
comparte sus amplios conocimientos de la geografía nacional. Dirige al
conductor con impecable habilidad. Hay quienes demuestran aparente desinterés
por las explicaciones del amistoso Pedro.
El
excéntrico amigo guía, continúa con su labor, sin importarle nada más que hacer
alarde de su destreza.
Impresionante…no
cabe otra palabra para describir el esfuerzo que están haciendo los campesinos
de El Salvador. Nuestro destino: San Pedro de Puxtla que significa en idioma
náhuat, "lugar de mercaderes", pues proviene de puxti, pushti (en
azteca o mexicano pochteca). Ahí nos han recibido los compañeros de la Fundación
para el desarrollo socioeconómico y restauración ambiental, quienes nos
trasladaron hacia la finca de don Alexander Cuellar. Todo un ejemplo de prácticas
agroecológicas, persistencia y éxito. En
la entrada de su propiedad, con una sonrisa amplía, llena de sinceridad y con
el orgullo brillando en sus ojos, nos recibió, uno a uno, a todos nos extendió la
mano y nos dijo: Bienvenido amigo. La finca, es todo humildad, orgullo,
esperanza y la credibilidad en si mismo, todo será mejor en la medida en que al
menos uno de nosotros cambie, fue el mensaje de nuestro entrañable amigo.
Alexander Cuellar, nuestro entrañable amigo y hermano del medio ambiente. |
Nos
convido a conocer la forma en que hace el alimento para su ganado, aprovechando
hojas secas de Tigüilote, extracto de micro organismos, melaza etc. De la misma
forma nos explicó la forma en que prepara el alimento para las gallinas. Nos compartió
sus conversaciones con la tierra y los planes que tiene para que otros
productores y ganaderos impulsen la agroecología. Don Alexander nos ha demostrado
que es posible vivir en total armonía con el medio ambiente, que se puede tener
un cambio positivo, que la naturaleza es por si sola, auto sostenible y que la
suma de voluntades será al final la clave para vivir con seguridad alimentaria
y nutricional. El bosque puede dar lo que necesitamos para alimentarnos y para
alimentarse a si mismo.
Conocimos
también la experiencia impulsada por FUNDESYRAM en la finca de don Miguelito,
el campesino que encontramos instalando sistemas de agua que funcionan bajo
presión y que llevan agua hasta las viviendas, 50 metros sobre el nivel del
rio. Miguelito es todo un experto en la instalación de estos sistemas de agua y
todo un agente de cambio.
Miguelito, él campesino experto en instalación de sistemas de agua y todo un agente de cambio. |
Culminamos con la visita conociendo la experiencia
motivada por el Chinito gracioso. Los biodigestores que funcionan con estiércol
de vaca, la preparación de insecticidas y plaguicidas orgánicos, en fin, fue toda una
experiencia.
Los biodigestores, insecticidas y plaguicidas orgánicos toda una nueva experiencia. |
Regresamos
con cansados, pero con ideas claras de las posibilidades reales de la aplicación
de eco tecnologías y de la importancia de estas para garantizar la seguridad
alimentaria desde el enfoque de uno de sus pilares fundamentales “utilización biológica”.
Regresamos a nuestros municipios fortalecidos, llenos de esperanzas, con el
impulso interior de querer hacer las cosas diferentes y mejores y lo más
importante: Con un cambio de actitud
interior que nos llevará inevitablemente hacia un mundo mejor.